Una vez, alguien le dijo que las cosas, todas ellas, habían sido creadas con un propósito. Habían muchas cosas en el mundo, realmente, todas ellas tenían uno: las armas existían para dañar, la ropa para abrigar, las cadenas para oprimir...
Todo esto era cierto, pensó.
Esa noche, cuando fue a dormir, tuvo un sueño extraño. En él, una cadena le oprimía parte del cuerpo. Intentaba con todas sus fuerzas romperla, para poder, así, liberarse de la atadura. No lo consiguió. La cadena era irrompible, nada en el mundo podía separar sus eslabones.
El sueño estaba llegando a su fin, cuando, de pronto, escuchó retumbar una frase en su mente: "De modo que, si no es posible romper los eslabones, no se trata de una cadena.".
Despertó al otro día, y meditó mucho sobre su sueño.
Una vez, alguien le dijo que las cosas, todas ellas, habían sido creadas con un propósito. Recién ahora, comprendía un poco mejor que eso no era del todo cierto: Habían muchas cosas en el mundo, realmente, todas ellas tenían un doble propósito: Si no se usa un arma, puede evitarse un daño; si no se usa ropa, se puede morir de frío; si una cadena se rompe, libera a quien está oprimido.
Encontró, concluyendo, que el doble propósito de las cosas existe, es real y está dado por la libertad del hombre; de modo que, si no es posible romper los eslabones, no se trata de una cadena.
El sueño estaba llegando a su fin, cuando, de pronto, escuchó retumbar una frase en su mente: "De modo que, si no es posible romper los eslabones, no se trata de una cadena.".
Despertó al otro día, y meditó mucho sobre su sueño.
Una vez, alguien le dijo que las cosas, todas ellas, habían sido creadas con un propósito. Recién ahora, comprendía un poco mejor que eso no era del todo cierto: Habían muchas cosas en el mundo, realmente, todas ellas tenían un doble propósito: Si no se usa un arma, puede evitarse un daño; si no se usa ropa, se puede morir de frío; si una cadena se rompe, libera a quien está oprimido.
Encontró, concluyendo, que el doble propósito de las cosas existe, es real y está dado por la libertad del hombre; de modo que, si no es posible romper los eslabones, no se trata de una cadena.
Anónimo.